Ayer lunes, 16 de agosto, Madonna cumplió 63 años. Es la mujer más exitosa de la industria de la música mundial, y una de las artistas que más ha apoyado a la comunidad LGBT+ desde su trinchera. Es, además, una de las artistas favoritas de mi papá, lo que me llevó a conocer buena parte de su música desde pequeño (la parte del “apoyo a gays y lesbianas” no se hablaba en casa, nada más se bailaba).
Yo me enteré hasta que estaba en la prepa, cuando un ligue pasó por mi a la escuela un día que me fui de pinta (no es cierto mamá, me hackearon).
Javier (vamos a llamarle así) le había robado el auto a su papá que estaba fuera de la ciudad, y me llevó a pasear mientras escuchábamos el disco “Erotica”, algo altamente inapropiado para mis 15 años (jaja). Cuando sonó “Deeper and deeper” yo dije emocionado:
— ¡Esa sí la conozco!
Resulta que Javier era súper fan de Madonna, y me explicó emocionado que esa canción trataba de un chico gay que aceptaba su homosexualidad, al darse cuenta de que no podía evitar sentirse atraído por otros hombres. Creo que desde entonces se volvió en una de mis canciones favoritas, a la que vuelvo con regularidad (gracias Javier).
Recientemente, Madonna contestó al rapero Da Baby (who?) en Instagram con información real, para combatir su serofobia y homofobia:
“Quiero encender la luz de mi celular y rezar por tu ignorancia. ¡Ahora nadie muere de SIDA en dos o tres semanas!”
luego de que el cantante desinvitado a Lollapalooza pidiera a su público encender la luz de su celular si habían ido al concierto “sin SIDA o alguna de esas enfermedades de transmisión sexual que te harán morir en dos o tres semanas”.