Para este boletín hablé con tres activistas de ciudades muy distintas y con realidades y contextos diferentes: José María Rojo (pero prefiere que le llamen Josema) de Ciudad Obregón, Sonora; Alondra de la Torre (Alo), de Camargo, Chihuahua, y que ahora vive en Monclova, Coahuila; y Eli Verdugo de La Paz, Baja California Sur.
Josema dirige Just Fly, una organización que se encarga de visibilizar los derechos de la población LGBT+ en Ciudad Obregón, que tiene 433 mil habitantes. Con 7 años de trabajo, Just Fly ha logrado integrarse a una extensa red de asociaciones civiles que apoyan a las personas LGBT+ de Sonora, cuando requieren apoyo legal, psicológico o de cualquier índole. Además de generar espacios seguros en eventos, e impartir talleres y pláticas para sensibilizar a distintos sectores de la ciudad.
Alo formó parte de la organización de la primera Marcha del Orgullo de Camargo, en 2016, una ciudad con apenas 40 mil habitantes. Me contó que en aquel entonces recibieron amenazas en redes sociales por salir a marchar: “Nos decían que nos iban a atropellar”. A 5 años de esa experiencia, y aunque ya no reside en Camargo, Alo me dice que ha notado un cambio significativo en las personas más jóvenes, que pueden salir del clóset más fácil que ella en su momento.